miércoles, 5 de abril de 2017

LA EDAD DE LA IRA de Fernando J. López



¿Son los adolescentes de hoy en día tan diferentes a los/as de antes? ¿Qué estamos haciendo mal  para que haya tanto abandono escolar, tantos casos de bullying y de violencia entre jóvenes?

Esta novela, La edad de la ira, no nos aporta respuestas claras, ni siquiera al concluir la trama sabemos con seguridad quién ha sido el autor del asesinato de Álvaro (asunto que será el leitmotiv de la obra), pero sí plantea muchas dudas que nos hacen reflexionar sobre varias cuestiones: la educación, la actitud de cada una/o ante los problemas, y en concreto qué papel juegan cada uno de los personajes en el microcosmos que supone el IES Rubén Darío, que viene a simbolizar cualquier centro educativo. Con descripciones muy realistas, y sin restar un ápice de crítica al sistema educativo actual, Fernando J. López nos hace adentrarnos en los pasillos de un instituto, penetrar en los despachos y en las aulas, para observar el día a día de estos estudiantes.

Marcos es un estudiante de 1º de Bachillerato, guapo, exitoso, el líder de su clase. Pero también oculta un secreto: su orientación sexual. Miembro de una familia numerosa y muy conservadora, Marcos es presentado desde el principio de la novela (por lo que no estoy haciendo ningún espoiler al relatarlo aquí) como el asesino de Roberto, su padre, y quien ha atacado a su hermano menor con unas tijeras. Este homicidio aparece en prensa, y es conocido por todo el alumnado del "tuto" (como llaman en la novela al instituto), lo que supondrá una gran tragedia para todo el entorno educativo del  Darío... Todos/as se preguntan cómo  Marcos fue capaz de hacerle algo así a su padre y a su hermano, un chico tan "normal". La policía investiga el caso, y lo resuelve fácilmente tras saber que Marcos era homosexual, y su padre no aceptaba su orientación sexual. Como estaba resentido, una tarde de discusión, acabó arrojándole la máquina de escribir (sí, aunque suene arcaico, era esto lo que usaba Marcos para hacer los trabajos de clase después de que su padre lo castigara sin ordenador ni Internet) y acabando así con su vida, e hiriendo a su hermano.

Sin embargo, el narrador de la historia, Santi, un periodista que había estudiado en el Darío tiempo hace tiempo, decide reabrir el caso y conocer más a fondo el porqué de esta actuación de Marcos. Su frustración no puede ser el único desencadenante de tanta violencia, así que irá poco a poco entrevistando a miembros del profesorado, del equipo directivo, a sus compañeros y compañeras de clase, para conocer la otra verdad, para saber de forma más fiel qué pasó por la cabeza de Marcos aquella tarde de domingo para atacar a su padre con un acto de ira de esa magnitud.

La edad de la ira no te puede dejar indiferente. Te hace cuestionarte muchas cosas... y creo que debería ser de obligada lectura en cualquier centro educativo, para que cada uno y cada una de nosotras aprendamos a ponernos en el pellejo de los otros... y huyamos de las ideas maniqueas, de eso de "los buenos y los malos". En ninguna parte, ni dentro del aula ni fuera de él, hay dos bandos claramente diferenciados. Cuando se habla de acoso escolar y de bullying, se debe observar la realidad de los afectados y de los agresores, porque las cosas nunca son sencillas. Y creo que esta novela ayuda a entender qué es lo que pasa entre esas cuatro paredes, durante 6 horas, en un instituto cualquiera de nuestro país... algo que las familias necesitan conocer.

Dejo una entrevista al autor, en la que él mismo nos cuenta esto y mucho más:            

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