De las tres hermanas, llamadas las Gorgonas, dos, Esteno y Euríale, eran inmortales, mientras que la hermosa Medusa era mortal. Su piel tenía la blancura de la leche -para los clásicos el paradigma de lo blanco-, sus ojos centelleaban como gotas de lluvia y, sobre todo, eran incomparables sus cabellos castaños, suaves y brillantes como la seda. Numerosos pretendientes competían por el amor de Medusa, pero quiso el infortunio que un día, cuando se encontraba en el templo de Minerva, la viera Neptuno, rey de los mares, quien inmediatamente se inflamó en deseo, anhelando poseerla. De modo que, sin respeto por el lugar sagrado donde se encontraban, la violó allí mismo. No podía Minerva dejar sin castigo esta profanación y, dirigiendo su enojo contra Medusa, convirtió su cabellera en sibilantes sierpes. Añadió a esta mudanza otro hechizo que impedía que en adelante Medusa pudiese mirar a los hombres, si es que algún hombre llegaba a amarla a pesar de su cabellera de culebras y era tan arrojado como para acercarse a ella, pues aquel a quien mirasen sus ojos se tornaría piedra.
Este es el mito que explicaba Sinda en su clase, uno de los mitos reflejados en las Metamorfosis de Ovidio, que relatan una violación. Violación como la que sufrirá Sofía, protagonista de esta novela, después de acudir a una fiesta de disfraces. Realidad y ficción se dan la mano en esta historia, que va narrando de forma paralela las historias de mitos, la misoginia existente en nuestra literatura y en nuestra historia, y que de forma clara se percibe en la forma de actuar de los personajes que aparecen en la trama.
La autora, Marilar Aleixandre, ha sabido redactar la agresión, introduciendo además los pormenores del día a día en un instituto cualquiera, con las explicaciones y actitudes de distintos profesores en el aulas, y hacer entender al lector todos los obstáculos a los que se han de enfrentar aquellas personas que se atreven a denunciar una agresión sexual.
Esta autora, catedrática de Biología en la universidad de Santiago de Compostela, es conocida por sus obras literarias juveniles, como La expedición del Pacífico o La banda sin futuro.
Creemos que esta novelita de 185 páginas puede ser interesante para el alumnado de 4º de ESO que esté estudiando Cultura Clásica, ya que cada capítulo comienza con una referencia a las Metamorfosis, los dioses están presente a los largo de toda la trama, y además se puede hacer un trabajo de investigación a partir del contenido de las explicaciones de la profesora de latín bastante interesantes (por ejemplo, en relación a la representación de la Medusa tanto en pintura como en escultura).
Por otro lado, posee un tema transversal de coeducación de gran envergadura. Al hablar de la violación se ponen en cuestión muchos temas: ¿Llevar ropa ajustada es un motivo para acusar a una joven de haber provocado a un hombre? ¿Si accedes a entrar en el coche de un desconocido, tú te has buscado que te pase algo? Aunque nos parezca que no, culpabilizar a la víctima, como le pasó a Medusa después de ser violada por Neptuno, es una actitud que sigue vigente en nuestra sociedad, y a través de la lectura de este libro, se puede reflexionar y debatir en el aula con profundidad. Por tanto también tendría cabida para la materia de Cambios Sociales y Nuevas Relaciones de Género en 3º de la ESO.
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