Esta novela estaba entre las recomendaciones de la biblioteca pública de Santa María del Páramo, así que la cogí prestada sin saber que se trataba de la primera parte de la saga Dos Amigas de Elena Ferrante.
La amiga estupenda (L'amica geniale en su título en italiano) es una novela viva, cercana, cuyo corazón sientes que late con un ritmo acelerado. Como dicen en el artículo titulado Una droga llamada Elena Ferrante, esta obra "tiene la intriga de un thriller, la trama
de un culebrón, el contexto sociopolítico de una novela realista y unos
pasajes alucinados propios de la literatura fantástica"; se trata de una mezcla de géneros que bulle, que hierve. Narrado de forma ágil y naturalista, Elena Ferrante (autora de la saga, y de la que desconocemos casi todo, ya que solo ha dejado entrevistarse a través de correo electrónico) nos aproxima al Nápoles de los años cincuenta, y a un auténtico tableau vivant en el que las familias Cerullo, Greco, Sarratore, Solara o Cappucio interaccionan, se aman y se odian, se pelean, y muestran la parte más visceral de cada uno/a de ellos/as. La historia que se narra en La amiga estupenda parte de la infancia de dos vecinas, Lila y Lenú, y transcurre hasta plena adolescencia de ambas; precisamente la novela acaba en la boda de Lila.
Lenú nos habla en primera persona, nos cuenta cómo es su familia y su barrio napolitano, nos describe las relaciones violentas entre sus vecinos (las continuas peleas y griterío que acontece en una casa de vecinos ), su amistad con Lila, a quien no solo adora, sino que admira y envidia al mismo tiempo, para ir mostrando cómo se desarrollan sus vidas, de forma paralela pero totalmente distintas, en el contexto italiano de mitad de siglo XX. Las reflexiones de Lenú son tan íntimas, y a la vez tan cercanas a cada una de nosotras, que es difícil no empatizar con ella, y pasar a ver todo lo que ocurre desde sus propios ojos, sintiendo los acontecimientos como de una misma. Lenú representará la compostura, el buen hacer, mientras que Lila será símbolo de la maldad, de lo irreflexivo y temperamental, pero al mismo tiempo de la elocuencia y de la inteligencia, el estímulo que necesita Lenú para recorrer su camino, tan ajeno al barrio en el que se ha criado. Por eso llama la atención la cita inicial de la novela, tomada de Faustro de Goethe: "Podrás actuar con toda libertad. Nunca he odiado a tus semejantes. De todos los espíritus que niegan, el pícaro es el que menos me desagrada. El hombre es demasiado propenso a adormecerse; se entrega pronto a un descanso sin estorbos; por eso es bueno darle un compañero que lo estimule, lo active y desempeñe el papel de su demonio"
Impaciente por empezar con la segunda parte de la tetralogía, Un mal nombre, recomiendo esta primera novela al alumnado de Bachillerato. Creo que se puede establecer una interesante relación de la narrativa de Elena Ferrante con la novela realista de los años cincuenta en España, como puede ser la Colmena de Camilo José Cela, Los santos inocentes de Miguel Delibes, Pequeño teatro de Ana María Matute, aclarando que, si bien todas ellas relatan vivencias de los años cincuenta, el modo de narrarlas varía por el paso del tiempo, y por la diferencia cultural de sendos países: España e Italia.
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