domingo, 9 de septiembre de 2018

Trece cuentos de Luisa Carnés

Volvemos con Luisa Carnés, de quien ya hablamos en relación a su novela Tea-Rooms, y a quien considero una gran escritora, que deberíamos conocer, leer y reivindicar su papel en la Generación del 27. Se trata de una de las llamadas "Sin sombrero", que a su vez también ha sido relegada a un segundo plano dentro de las que ya están en un segundo plano... y esto por abordar temática social de forma tan directa y clara. Se vio obligada a exiliarse de España justo al concluir la guerra civil, y precisamente cuando cruzó la frontera, lo único que pudo llevarse consigo fue una cartera de cuero en la que guardaba sus manuscritos de narrativa breve, concretamente los trece cuentos que la Editorial Hoja de Lata ha publicado en mayo de 2017.

Cada uno de los relatos está datado en una fecha, desde 1931 (del que es su primer cuento, titulado "En el tranvía" hasta 1963, con "El Señor y la Señora Smith". La temática es muy cambiante: una monja que se ruboriza al ver a una pareja hacerse carantoñas en un tranvía, la relación excéntrica de dos hermanos mellizos, el viaje en barco, durante el exilio, de un grupo de familias y de un adolescente que se trasladaba solo, el racismo que vive en sus propias carnes una mujer blanca que se relaciona con un hombre de color... pero todos ellos se caracterizan por tratar contenido de una temática sensible, que llega al lector y le hace ponerse en el papel de los personajes de los que se habla, fomentando así la empatía y la comprensión. Por ejemplo, "En casa" nos cuenta la salida de prisión de una presa republicana, tras pasar nueve años en la cárcel. Ella debería sentirse feliz por poder respirar aire puro, transitar por las calles, volver a su casa... pero las cosas no son exactamente así. No hay casa donde retornar, todos sus familiares han muerto, y la poca gente que aún conoce le niega el saludo o siente un miedo atroz de mantener una conversación con ella, debido a su ideología y a lo que el resto de los vecinos puedan pensar. También en "Sin brújula" sientes un golpecito en el corazón al observar que el pobre Benitín permanece solo en la cubierta del barco, esperando arribar a puerto francés, tiritando, muerto de frío y de hambre, deseoso de que pasen los días y que acabe el infernal viaje, mientras el resto de mujeres cuidan y protegen a sus propios hijos e ignoran el sufrimiento de este.

Pero sin duda, el cuento que más me ha gustado ha sido el de "Olivos". En él se plasma perfectamente la fatiga, el cansancio de los jornaleros a la hora de recoger las aceitunas en el cortijo, el abuso por parte del señorito,  la falta de cohesión, el miedo a hablar, y las consecuencias que esto acarrea... Es un relato escrito en 1933, que refleja la pobreza que se vivía en los pueblos, la forma en la que se trabajaba -trasladándose toda la familia, con niños y abuelos incluida, al cortijo para los meses de recogida- y las voces más rebeldes que comenzaban a reclamar justicia.

Se trata de una narrativa sencilla y cercana, que podría estar escrita hoy mismo por la forma de narrar, y por la capacidad de hacerte sentir próximo a lo que te está contando, pero que nos aproxima una realidad alejada de nuestra sociedad actual, pero que es necesaria conocer, como es la posguerra y el exilio. Recomiendo este libro al alumnado de 4º de ESO porque es una forma fácil de estudiar la Generación del 27, y de conocer a las escritoras que también formaron parte de este elenco.

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