La escritora, y profesora de lengua castellana y literatura, Rosa Huertas, nos ha vuelto a sorprender con una publicación con la que pretende acercar el mundo de los literatos a sus lectores. En esta ocasión, La guardiana de secretos es todo un homenaje a Carmen de Burgos, más conocida como Colombine, la periodista, escritora feminista almeriense, cuya memoria aún es necesario restituir. Y la vamos a conocer a través de la voz de su hermana, Catalina de Burgos, más conocida como Ketty, quien la acompañó durante toda su vida, y quien supuso un apoyo incondicional para la revolucionaria novelista. Es evidente que, detrás de esta novela, hay un trabajo de investigación exhaustivo de la autora, que refleja con fidelidad la época de la dictadura de Primo de Ribera, la Segunda República, el alzamiento de los rebeldes y la guerra civil española, además de describir las condiciones de vida, el analfabetismo, la pobreza imperante, y por otro lado, el adelanto de Carmen de Burgos a la hora de defender el divorcio, la emancipación y el voto de la mujer, o la crítica a la iglesia, entre otros aspectos . Desde sus primeras líneas nos describe la situación de Almería, Madrid y, en general, de nuestro país, a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Conoceremos a artistas como Rafael Cansinos Assens, Emilia Pardo Bazán, Julián Besteiro, Dolores Cebrián o Rubén Darío, entre otros, personajes que participaron en las tertulias que Colombine organizaba en su casa, a comienzos del siglo XX, donde se trataban temas de política y de literatura, antes del Café Pombo.
Llama la atención conocer la personalidad de Carmen de Burgos de forma tan cercana; por una parte, se destaca su lucidez, su inteligencia, su perseverancia y su capacidad de trabajo, pero además, se conocen sus debilidades, como la relación con su hija María, a la que no dedicó todo el tiempo que debía, por estar investigando y escribiendo, lo que les llevó a una relación tensa y un tanto tóxica, de envidias y comparaciones. Además, en la novela se refleja como Ketty, la "hermana perfecta", la siguió allá donde ella iba, convivía con ella y con su hija, y era quien cuidaba del entorno familiar. Este detalle me parece llamativo; Carmen de Burgos luchaba por la emancipación de la mujer, pero necesitó de la ayuda de Ketty para cuidar a su hija, y para hacerse cargo de todo lo doméstico, ya que es muy complicado compaginar lo intelectual con los cuidados.
Por otro lado, se narra el noviazgo entre Carmen y Ramón Gómez de la Serna, escritor que no sale muy bien parado, debido a su egoísmo y, como él mismo reconoce en la trama, su cinismo. Fue elogiado durante el franquismo, a diferencia de muchos de sus coetáneos, y pese a que acabó sus días en Argentina, fue enterrado con grandes honores en el Panteón de los Hombres ilustres.
Se trata de una novela que roza la biografía, pero desde un enfoque más íntimo y personal, jugando con la ficción y la realidad, y escribiendo desde la perspectiva de la hermana de Carmen. Me parece un libro interesante para conocer de primera mano la atmósfera literaria de la España finisecular y de comienzos de siglo XX, si bien puede resultar un poco pesada para lectores que no estén muy interesados en tantos detalles del mundo cultural madrileño. La recomendaría a alumnos de 2º de bachillerato que quieran profundizar en la historia de la literatura de nuestro país.
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