sábado, 12 de abril de 2025

EL DÍA QUE MI HERMANA QUISO VOLAR, de Alejandro Palomas

"Cuando hay dos mellizos y uno muere, ¿el otro sigue siendo un mellizo o se llama de otra manera?".

Así comienza la novela El día que mi hermana quiso volar, cuyo título ya nos desvela parte del contenido de la misma.

Elio es un chico de trece años que siente una unión casi mágica con su hermana Eva. Eva y Elio, siempre por ese orden, juegan, sueñan, leen juntos... Eva es muy inteligente, charlatana, atrevida, puede con todo, la mejor estudiante y la mejor gimnasta, que quiere ser como Nadia Comaneci, volar sobre las paralelas como ella, llegar a competir en las Olimpiadas. Además, Eva quiere saberlo todo... y esto a veces satura a sus padres, sobre todo a su madre Mónica. Elio, en cambio, es todo lo contrario: reservado, tímido, y con una imaginación desbordante... todo lo que quiere expresar lo hace a través de sus dibujos, que dicen todo lo que su boca no expresa. 

Quizá porque son tan diferentes, se complementan tan bien. Hasta que un día Eva muere, y Elio se sume en un silencio aún más profundo, ante la insólita mirada de sus padres, Nando y Sonia, que no saben cómo hacerle hablar, cómo lograr que Elio explique cómo ocurrió la muerte de su hermana.



Esta situación les llevará a una depresión, a una situación de inestabilidad emocional muy honda en el núcleo familiar, e iremos conociendo en los distintos capítulos lo que siente cada uno de ellos. Hasta que Mateo, el psicólogo, entra en sus vidas, y logra desvelar todos esos secretos que Elio ocultaba, o mejor dicho, que no era capaz de dejar salir, porque muchas veces se expresa mucho más con silencios que con palabras, solo hay que saber escuchar e interpretar esos silencios.

Se trata de una novela muy emotiva, sincera y sensorial; te relata cómo trabajar el duelo, te permite sufrir al lado de unos personajes que han perdido a su hija, y a su hermana, y sentir toda esa angustia junto a ellos. Pero, además, te mete en unas sesiones de psicología y, a través de unos diálogos cercanos, veraces y espontáneos entre Mateo y Elio, eres consciente de lo difícil que es lograr el equilibrio, perdonarse a uno mismo, cuando un episodio como este golpea tu vida. Una vez más, Alejandro Palomas tiñe de conmoción las páginas de su novela; este libro me recuerda mucho a su otra novela Un hijo (que hemos comentado en este blog previamente) en la que profundiza en lo emocional; nos invita a conocer mejor a Elio, y a abrir nuestro corazón a esta entrañable familia. 

Mención especial merece la ilustración de la portada del libro, en la que aparece Eva subida al globo terráqueo, que está circundado por dos líneas paralelas, como las paralelas de su deporte favorito, que tanto dolor le provocaron cuando se lesionó y tuvo que dejar de practicar gimansia rítmica. Además, de ellas cuelga el símbolo de las olimpiadas, una calculadora, estrellas, flores y la luna, el único testigo presente durante el último momento que compartieron juntos los dos hermanos mellizos.

Muy recomendable su lectura para alumnado de 3º y 4º de ESO, pero también se puede recomendar en cursos inferiores, en mi opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario