sábado, 2 de enero de 2010

COMETAS EN EL CIELO de Khaled Housseini

Esta novela, publicada en 2007, cuenta la trágica -y a la vez tierna- historia de Amin y Hassan en el contexto bélico afgano. La historia comienza en Kabul en 1975. A partir de la convivencia entre Amin y su criado hazara Hassan, el lector va acercándose a la realidad afgana, con sus penurias y sus injusticias, pero también a la belleza de la vida en las calles bulliciosas de Kabul y los olores y sabores del "kebub" que impregnan sus páginas, así como la competición anual de cometas, en la que Amin y Hassan resultan ganadores. Sin embargo, ocurre algo durante esta competición que hará quebrar la amistad entre ambos; Amin no es capaz de hacer frente a la injusticia y luchar por su amistad con Hassan (lo que simboliza mucho más que el cariño entre ellos, simboliza un modo de organización social). Esta anécdota modificará completamente el rumbo de la historia. Amin emigra con su padre Baba a Estados Unidos, teniendo siempre presente a Hassan y su tierra natal, que continúa envuelta en conflictos bélicos, ahora con la llegada de los talibán. Pasados muchos años de vida rutinaria, pero siempre con ese cargo de conciencia, vuelve a Afganistán a finales de los noventa, lo que le hará lograr la redención que tanto ansiaba, y hacernos partícipes de los cambios que ha sufrido este país. Con este telón de fondo, se fragua un argumento que gira en torno a la amistad, la honestidad y la dignidad. Con escenas muy trágicas y estremecedoras, el lector logra aproximarse a una realidad bastante desconocida para nosotros; el sufrimiento que las intervenciones políticas están causando -hoy todavía- en Afganistán: hambre, destrucción, los abusos de los talibán... Es interesante aproximarse a la historia de este país a través de la figura del tímido escritor Amin, persona de clase alta que, a través de su comportamiento con Hassan, ha visibilizado la prepotencia y desigualdad entre personas de distinta clase. Lo que menos me ha gustado es la visión final que se ofrece de Afganistán y la intervención estadounidense. Sin llegar a ser un final feliz, al menos sí es reconciliador, y dibuja la actuación de EEUU en Afganistán como la mejor forma de lograr la paz en este país. Sin embargo, la realidad es que, tras la intervención americana en Afganistán, no se ha logrado más que mantener el integrismo a través de un gobierno títere que sólo beneficia a occidente. La violencia sigue presente en las calles afganas, como así lo demuestran los atentados que se suceden mensualmente contra los militares americanos y europeos presentes en ese país. Desde mi punto de vista, esta novela está muy bien escrita y logra hacer estremecer al lector. Sin embargo, no se puede poner final feliz a una historia viva, como es el caso del conflicto afgano, y Khaled Housseini ha procurado, a través de la sonrisa de Sahrib al final de la trama al volar su cometa, tranquilizar al lector. Consigue que se nos quede la conciencia tranquila, pero las bombas siguen cayendo...

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en que la situación en Afghanistán para nada es tranquilizadora teniendo en cuenta el nivel de conflictividad que hay actualmente en el país. El libro sólo relata la visión de bienvenida que la gente tuvo en ese momento de liberación contra un régimen integrista. Sin embargo, desde que los Talibanes fueron derrocados en 2001 y fuerzas extranjeras, entre ellas EEUU llegaron al país hasta unos años más tarde, es compartido por todos que no se está ayudando como se esperaba de ellos. Aportando lo que se necesita para salir de una situación muy por debajo de un desarrollo. Si la "ayuda" estadounidense con unos presupuestos billonarios se destinara a resolver la ECONOMÍA y la EDUCACIÓN AFGHANA, como han hecho otros países: Japón, Alemania, Turkía, en vez de dedicar más de la mitad de ella al militarismo, multiplicando el número de armas que existen en el país, y dando a los soldados americanos unos sueldos de 10.000 dólares al mes, unos coches exhorbitantes y unas instalaciones desproporcionadas, que nada dan de bueno a la sociedad afghana pero sí un lujo innecesario e inútil a corto plazo.
    La pregunta es hasta cuando la sociedad afghana va a resistir esta situación que bien está deseando nombrar culpables.

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