martes, 6 de agosto de 2024

Estuve aquí y me acordé de nosotros, de ANNA PACHECO

Hacía bastante tiempo que no escribía en este blog. En fechas veraniegas es cuando una encuentra más tiempo para dedicarle a la lectura, y qué mejor manera de hacerlo que a través de este ensayo de la joven periodista catalana, cuya novela Listas, guapas, limpias ya había leído previamente. Después de leer este libro, cuyo formato es tipo libro de bolsillo, con cubierta azul, descubrí que es coautora del podcast Ciberlocutorio, y recomiendo encarecidamente uno de sus podcast: ¿Qué hacer en la ciudad? 

Que el turismo está cambiando las ciudades y la forma de vivir en ellas es algo que todas conocemos; lo que resulta más interesante de este libro es que la propia autora se ha infiltrado en comités de empresa para presenciar lo que se dice en reuniones entre trabajadores y empresarios de hoteles de lujos para conocer de primera mano lo que se dice en los mismos. Y hay una idea recurrente: la exigencia de que "hay que ponerse las gafas de lujo" para que los trabajadores entiendan las necesidades de los clientes del hotel, incluso si estos trabajadores no podrían permitirse, con su salario, pasar ni siquiera una noche en dicho lugar; tambiénla necesidad de ahorrar y ser "sostenibles" y desarrollar un turismo sostenible (¿de verdad puede ser sostenible que cada persona en el mundo haga de media cuatro viajes anuales a otros países?), o cómo se ensalza hoy en día la "cultura del ajetreo". Ponen de ejemplo el caso de Nando -nombre ficticio-, un cocinero que, además de hacer horas a destajo, es bastante vivo e intercala este trabajo con otras ocupaciones, para llegar a fin de mes. Se ensalza la idea de ser un trabajador avispado, que busque otras cosillas, para conseguir un dinero extra, reclamación que los propios sindicatos ya han abandonado.



Anna Pacheco menciona el libro de Ana Geranios: Verano sin vacaciones. Las hijas de la Costa del Sol, en el que la autora habla de su propia experiencia como kelly (término utilizado para hacer referencia a las "queli"mpian), y recupera un dato sobre el Hospital Civil de Málaga, que en el año 1966 abrió una sala que se llenó de gente joven con cuadros de estrés, que reportaban insomnio, mareo, vómitos... la mayor parte de ellos eran trabajadores de la Costa del Sol, por eso se le llamó la "sala de los camareros".

La autora le dedica un capítulo a la "clase media un pelín más baja"; a través de distintos testimonios de trabajadores y trabajadoras observamos cómo la gente huye de autodenominarse clase baja. Hay un testimonio muy clarificador en este sentido, de un trabajador que afirma que "sería baja si no fuera porque vivo con mi novia y comparto piso, entonces no es lo mismo, así que clase media baja". 

Para acabar, dejo aquí dos recomendaciones de novelas distópicas que nos hace Pacheco, que son: Ardiente sol de la infancia, de Guillem López, y La rastra, de Joy  Williams, en los que se plantean sociedades futuristas y su manera de afrontar el cambio climático, y el turismo.

Un libro fácil de leer, que nos hace reflexionar sobre la forma de viajar que tenemos, y sobre lo que exigimos o esperamos cuando viajamos. Muy recomendable. 

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