domingo, 29 de marzo de 2020

LOS PASOS EN EL VACÍO de Manuel Martín-Arroyo Camacho

Aún estoy impresionada después de leer la última frase del libro (y con esto no pretendo hacer spoiler):
"mi verdad se abría paso entre la confusión."

Los pasos en el vacío es una novela valiente, atrevida y sincera, escrita por Manuel Martín-Arroyo, un joven maestro roteño. La obra se adentra en el mundo de las prisiones, en concreto en "Río del Olvido" (Puerto III), lugar donde trabaja como maestro el autor, y en concreto en el módulo Cuatro.

Luis es un joven que está atravesando una etapa de su vida complicada, está al borde de caer en una depresión cuando descubre que su  hermana está viviendo un auténtico infierno en su casa con su marido Miguel, quien la ningunea y la maltrata. Y, lo más grave de todo es que Miguel es  policía del Estado. Después de leer el diario de su hermana y ser consciente de las barbaridades a las que Miguel somete a su esposa, Luis intenta arreglar las cosas "a su manera", a través del diálogo, en principio, pero las cosas se tuercen en la casa de su cuñado, y Luis acaba en el calabozo, acusado de intento de homicidio, y finalmente condenado.

Es en esa celda, que Luis comparte con Paula, una transexual que se lleva de calle al resto de presos, en el patio de la cárcel, donde pasea junto a José María, un terrorista que lleva casi toda su vida entre rejas, y con "El Negro", un preso medio analfabeto pero con una enorme capacidad de razonamiento que será el salvador de Luis, su amigo del alma, donde Luis reflexionará sobre el valor de las prisiones, cuestionará que estas sirvan para reinsertar a los delincuentes, y afirmará que, una vez has logrado salir de cárcel, te ves desamparado y reincides, ya que la sociedad  en la que vivimos no ofrece otra escapatoria.

La novela está plagada de realidad. Frente a los discursos a los que estamos acostumbrados de "qué bien viven los presos, que tienen incluso televisión en sus celdas", Luis nos explica cómo la "caja tonta" ha servido para anestesiar las conciencias, mantener a los reclusos tranquilos y atenuar su capacidad crítica. Además, nos cuenta los tipos de relaciones que se dan entre los presidiarios, y lo difícil que llega a ser mantener una vida tranquila y apaciguada en un ambiente de "sálvese quien pueda" y de completa agresividad, tanto por parte del resto de reclusos como por algunos de los funcionarios de prisiones.

Afortunadamente, aparecerá en la vida de Luis la psicóloga María, que está siguiendo su caso desde hace tiempo y apuesta por que se haga justicia, de la mano de Pastora, una abogada deslenguada y audaz que se valdrá de sus propias estratagemas para lograr la información que necesita.

Se trata de una novela muy recomendable para reflexionar sobre las 59.000 personas presas que hay en España, sobre el auténtico sentido de estos lugares de reclusión, en los que estamos invirtiendo tanto dinero, y sobre si deberíamos tener otras vías para lograr una reeducación de las personas -la mayoría de ellos hombres y de clase social desfavorecida- para lograr una sociedad mejor.

Recomiendo esta novela al alumnado a partir de 4º de ESO, especialmente para materias como Valores Éticos o para Lengua castellana y Literatura, para hacer un análisis de cómo educamos y de qué tipo de valores imperan en nuestra sociedad.

Os dejo con un fragmento que me parece clave en la novela, y que refleja muy bien el tipo de narrativa ante la que nos encontramos. Luis nos explica cómo se siente justo antes de sacar su artillería:

"Nunca tuve orgullo. A veces me sentía feliz por tener unos padres luchadores y sacrificados que sacaron adelante a una familia casi sin recursos. Dichoso por mi carrera tal vez, y por no haber tardado mucho en aprobar, pero era un orgullo discreto, como casi todo en mi familia, palabras sotto voce que nos reconfortaban para seguir adelante. Y así nos mantuvimos unidos, y así éramos dentro del rebaño, en el bloque, en la escuela, o comprando pescado en el mercado, de manera sutil, educada y sumisa. Una manera de ser que nunca destacó en ningún ámbito.
Y no sé si aquello fue un golpe de orgullo, pero me salió desde lo más hondo. Creí hablar en nombre de mi poca gente, para que no nos hiciera más daño, para limpiar nuestro nombre, para que no lo maltratara, para que no siguiera pateando a mi hermana y hundiéndola en una vida de la que no podía ni sabía escapar. Todo aquello tenía muy mala pinta, y solo podía pensar que mi hermana no se  merecía seguir aguantando".

Para conocer más información sobre el autor y la novela, puedes leer estas entrevistas:

- Entrevista en Eldiario.es
- Entrevista en Diario de Sevilla


1 comentario: