
Tenemos una clara figura del protagonista, Malkiel, su consejero fiel, el árabe Samir, los antagonistas (el inquisidor Alcestes y su esbirro Larson) y las ayudantes del protagonista, Estrella y Laura, con las que Malkiel realizará su viaje -accidentalmente, pero le acompañarán buena parte de la travesía- y gracias a las cuales conseguirá alcanzar los objetivos por los que comenzó su viaje. Todo esto nos evoca las novelas bizantinas, o novelas de viajes.
Es una trama sencilla y bastante previsible, pero que nos ayuda a entender la forma de las historias medievales, los personajes tipo y la presencia de elementos mágicos, en este caso las flautas y el laúd, claves para que el protagonista consiga su objetivo. Pero en El reino de las Tres Lunas se da una vuelta de tuerca, se alaban las cualidades de Samir y de los sabios árabes en nuestra cultura, se valora la multiculturalidad vivida en Hispania en la Edad Media con los Traductores de Toledo y la amalgama de sabios cristianos, árabes y judíos, y además se ensalza el valor y la figura de las mujeres en plena Edad Medieval. Estrella y Laura aparecerán como personajes activos, con un pasado y una causa por la que actuar -no simplemente como figuras tipo que ser rescatadas por el caballero de turno.-
Creo que el autor ha sido valiente y atrevido al introducir estos elementos, y me parece una novela muy didáctica en todos los sentidos; además de explicar quiénes eran los juglares, la importancia de los cantares de gesta y los romanceros en la época, transmite valores como el poder de la palabra y la música contra la guerra y la traición.
Gracias
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