Han Kang es una escritora surcoreana, ganadora del Premio Nobel de Literatura de 2025. A raíz de su nominación, me puse a pensar en la cantidad de autoras y autores asiáticos que hay, y lo poquito que sabemos de ellos; es más, lo poco que llega a las librerías y bibliotecas españolas. A raíz de este galardón, las bibliotecas públicas se han hecho con dos publicaciones de esta autora,La vegetariana (cuya publicación tuvo lugar en 2007) o La clase de griego, que son las dos únicas novelas que han sido traducidas al castellano.
Acabo de leerme La vegetariana, y no sabría decir si me ha gustado o no... lo que tengo claro es que no me ha resultado indiferente. Se trata de una narrativa distinta a lo que estaba acostumbrada, con una prosa muy sensorial y cuidada, en la que se abren los poros de tu piel y puedes sentir los olores y los colores de lo que Han Kang te está describiendo. Esta obra es una novela formada por tres historias: La vegetariana, La mancha mongólica y Los árboles en llamas que, si bien son historias que se pueden leer de forma independiente, forman una única trama ya que los personajes están relacionados entre sí, y hacen referencia a las historias previamente relatadas.
Como su nombre indica, La vegetariana habla de una joven que deja de comer carne ante el estupor de su marido y de las personas que la rodean. Pero no se trata solo de dejar de comer carne, ella está teniendo una serie de sueños, que describe en extractos con letra en cursiva, en los que explica cómo acaba con la vida de personas, les da golpes, chorrea la sangre alrededor de su cuerpo... escenas explícitas y muy cruentas que Yeonghye a dejar de comer carne animal. Pero ella, una mujer silenciosa, extremadamente tranquila, que convivía en una relación aséptica y sin sobresaltos con su marido, cada vez se va volviendo más delgada, más insignificante, más débil. Su familia está preocupada, y su esposo incluso llega a sentir vergüenza de su esposa, quien dejará de usar sostén, y observará al resto de personas con una mirada inquisitiva y atenta, que hace que este se vaya distanciando de ella cada vez más. Nos describe una historia a través de prosa, para entrar completamente en la lírica, en la poesía.
A esta historia se unirá la de La mancha mongólica. Con diferencia, es la que me ha cautivado más de las tres, y viene a describir la fascinación del cuñado de Yeonghye hacia la mancha mongólica que esta posee encima de sus nalgas, y que le llevará al culmen de una creación artística en un momento en el que el artista se encontraba vacío de inspiración y de pasión. La descripción de los colores, de la grabación en vídeo de esa creación artística, del proceso en el que se ve inmerso el marido de Inhye para llegar a ese punto de éxtasis, contrasta con su desapego y desinterés hacia su vida marital, y al cuidado de su hijo.
La trama me estremeció, y sobre todo el percibir ese halo de egoísmo del artista frente a la entrega máxima de Inhye, su esposa, hacia su hijo y su hermana, me llamó mucho la atención. Cómo Han Kang nos habla del comportamiento humano a través de una historia que podríamos considerar sencilla.
Por último, en Los árboles en llamas, nos adentra en la mente de Yeonghye, en una especia de esquizofrenia, unida a la soledad y la incomprensión, elementos que estarán presente a lo largo de toda la trama.
La vegetariana es una novela original, que nos lleva a lo más profundo del mundo onírico y del comportamiento humano, y nos adentra en una parte de la sociedad surcoreana, de la individualidad y la falta de comunicación. Creo que es una obra interesante para leer, pero no la recomendaría para lectores adolescentes.
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