domingo, 17 de marzo de 2024

EN LA CELDA HABÍA UNA LUCIÉRNAGA de Julia Viejo

Julia Viejo nació en Madrid en 1991. De pequeña no hacía ruido y siempre se olvidaban de que estaba ahí. Leía indistintamente cuentos, poesías y cajas de cereales. En el colegio, durante una época, se hizo pasar por su propia hermana gemela. En el instituto empezó a hacer teatro y nunca más pudo dejarlo. Su primer trabajo consistió en cuidar a unos insectos palo.

(...)

Así se describe Julia Viejo (en una tercera persona) al comienzo de su libro de relatos En la celda había una luciérnaga, un compendio de treinta y seis cuentos que combinan la irreverencia con la fantasía y el humor absurdo. También explica que ella fue quien le hizo su última entrevista a Ana María Matute, y precisamente esta autora la inspiró para el título del libro, al igual que en la primera cita, tomada del libro Luciérnagas, de esta escritora. Y es que estos relatos recuerdan, precisamente, a estos animales nocturnos: pequeños fogonazos de una luz extraña y hermosa que vibra entre los grises de la normalidad. Julia Viejo escribió uno de los cuentos que conforman este libro, "El niño gilipollas", y lo envió al concurso de relatos confinados que la editorial Blackie Books organizó durante la pandemia. A la editorial le gustó el texto, y así nació este libro, en el que aparecen una treintena de relatos originales y creativos: un hombre de la España vaciada que es entrevistado por un policía para saber qué está haciendo su hijo con un walkie-talkie, unas familias a las que les invaden las comadrejas, o la de una pareja que cohabita con una luciérnaga en una celda, y que da nombre al libro, entre otras.



A Julia Viejo la han denominado la Ana María Matute millenial, como así podemos leer en esta fantástica entrevista, y está ahora de moda por el último libro que acaba de publicar, Mala estrella, que estamos deseando leer.

Destacamos este fragmento de la entrevista, en el que habla de sus propios relatos:

"Mientras los hacía pensaba que iban a ser super diferentes, pero al final todos son fruto de aquel año en el que estábamos aislados. Yo pasé mucho tiempo sin tocar a otro ser humano. Ansiaba ese contacto, tanto físico como espiritual, y creo que eso impregnó el libro. Son personajes bastante solitarios, algunos marginados por su edad o por su entorno. Tienen eso en común: la necesidad de los outsiders de contactar con otros seres humanos".


La recomendamos para alumnado a partir de 4º de ESO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario