REBELIÓN EN LA GRANJA de George Orwell

¿Qué pasaría si los animales de una granja se rebelaran, y no quisieran seguir obedeciendo las órdenes del granjero? Y es más, ¿qué pasaría si, además, empezaran a autoorganizarse, y llevaran la granja ellos solos, obteniendo además más beneficios y disponiendo de días de descanso para ellos mismos?

Pues precisamente esto es lo que ocurrió en la granja de los Jones. Cerdos, caballos, patos, gallinas, ovejas se ponen de acuerdo y echan al granjero y sus secuaces de la granja. A partir de ese momento, de lo que denominan la "Batalla del Establo de las Vacas", se crea la Animal Farm, o Granja Animal,  los animales se autoorganizan, realizan asambleas para decidir qué harán durante la semana y cómo distribuirán las tareas, siempre bajo la supervisión de Snowball y Napoleón, dos cerdos con gran inteligencia e ingenio.

Todo va a las mil maravillas, las granjas vecinas se hacen eco de lo que ocurre en Granja Animal y de cómo los animales pueden valerse por sí mismos sin necesidad de trabajar bajo las órdenes de un humano, se rigen por siete principios básicos y la igualdad es la que rige esa granja comunitaria. Hasta que comienzan los enfrentamientos entre Snowball y Napoleón, se van creando dos sectores dentro de la granja. Y como momento álgido en la trama, surge el debate sobre si construir un molino de viento o no, el trabajo extra que esto supondrá, pero que a la larga acarreará muchos  beneficios para la granja. Esto creará dos sectores, y acabará con la expulsión de Snowball de la granja, y con el rechazo a Snowball, que se convertirá en el "enemigo" de la Granja Animal - animadversión promovida por el propio Napoleón y Squealer, su gran seguidor, y que el resto de animales irán asumiendo sin tener muy claro que esté basado en una realidad-.

Muchos han visto en este novela una crítica al gobierno de Stalin en la Unión Soviética, y la ruptura entre este y Trotski, y posterior huida de la URSS del segundo. Sea como fuere, se trata de una trama bien construida, una alegoría al modo de funcionamiento de una cooperativa o comuna, y los problemas que suelen ocurrir: la toma de decisiones, el asamblearismo, las portavocías, cómo hacer que todos los ciudadanos entiendan e interpreten los temas que se están debatiendo, la importancia de la educación... se representa de forma realista y cruda cómo, por muy buena voluntad que hay en un principio para que las cosas funcionen y que todos puedan disfrutan de los bienes comunes, cómo surgen problemas y algunas personas acaban acaparando el poder y dejando de ser "iguales que los demás" para pasar a seguir el principio: "todos los animales son iguales, pero unos más que otros".

Se trata de un relato sencillo, pero a la vez dotado de gran profundidad, que provoca la reflexión sobre cómo hacer de nuestra sociedad un lugar más participativo, y sobre todo, habla de la necesidad de conocer la forma en que se hacen las leyes, y ser crítico frente a las mismas, conocer cómo se toman las decisiones para no dejarse engañar. Aunque el final de la trama es pesimista y desalentador -como se prevé desde la mitad de la obra aproximadamente-, nos deja un atisbo de optimismo, y la posibilidad de soñar con un lugar mejor, ya que Animal Farm ha llegado a ser un lugar equitativo y próspero para todos los animales. Recomendable para el alumnado a partir de 3º de ESO.