miércoles, 24 de junio de 2009

EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA de Eduardo Mendoza


Esta es una de las mejores novelas del escritor catalán. Salió a la luz en 1978, y se trata de una historia de intriga con muchos toques de humor e ironía. Nos relata las aventuras de un hombre recién salido del manicomio quien, tras cinco años de internamiento, vuelve a Barcelona para resolver el caso de una desaparición. El comisario Flores ha hecho un acuerdo con él para que realice sus pesquisas sobre la fuga de una niña del colegio de Madres Lazaristas, y a cambio se podrá demostrar su cordura y lograr su salida definitiva del manicomio. Mientras investiga se verá envuelto en otros enredos, por lo que la trama se desarrollará siempre con la policía tras de él, y con el hampa barcelonés a su alrededor.

Lo mejor de la obra es la cercanía del protagonista y narrador de la obra con el lector, quien de vez en cuando le hace un guiño para mantener su atención. Y como muestra el final del capítulo XV: "se preguntará usted, sin duda, querido lector, cómo iba yo a reconocer a la niña en cuestión a la que nunca había visto, y si tal es el caso, hallará la respuesta en el capítulo siguiente".

Eduardo Mendoza dota a la narración de mucha ironía y una crítica despiadada a todos los personajes y comportamientos en la trama, de la que no se librará ni el propio protagonista, quien describirá su olor corporal, por ejemplo, con un vocabulario y unas imágenes excepcionales. "... Emprendieron la marcha, sin darme siquiera ocasión de recoger mis escasos objetos personales, lo que no suponía una gran pérdida y, peor aún, sin darme ocasión tampoco a ducharme, con lo cual la fetidez de mis emanaciones pronto impregnó el interior del coche-patrulla, que, entre bocinazos, sirenas y zarandeos, nos condujo en poco más de una hora al centro de la ciudad y, por ende, al final de este capítulo".

Es una lectura rápida y en la que se combinan perfectamente el humor con la intriga, ideal para los meses de verano.

miércoles, 10 de junio de 2009

KONRAD O EL NIÑO QUE SALIÓ DE UNA LATA DE CONSERVAS de Christine Nöstlinger

Esta novelita, dirigida a lectores a partir de 12 años (aunque puede gustarle a cualquiera) es una reflexión sobre la educación y el protocolo de nuetro comportamiento diario, en clave de humor. La señora Bartolotti es una mujer extravagante y fuera de lo común a quien le encanta vestir con colores chillones y, entre otras cosas, tiene la costumbre de comprar cosas extrañas por catálogo. Cuál es su sorpresa cuando una tarde el cartero le trae una lata alargada, de la que sale Konrad, un niño de 7 años que viene con el manual de instrucciones aprendido. Konrad quiere comportarse como "cualquier niño de su edad" y por eso pregunta qué debe y qué no debe hacer a cada ocasión, lo que hace reflexionar profundamente a la sra. Bartolotti. Konrad es tan obediente y bueno que saca de sus casillas a sus compañeros de clase, quienes no pueden soportar su perfección absoluta y se ríen de él y le hacen rabiar. Además del humor tan inteligente que tiñe toda la narración, y que hace preguntarse al lector hasta qué punto una educación férrea es la deseable, esta autora austríaca también nos deleita con las ilustraciones que acompañan la historia. Puedes encontrar la historia íntegramente aquí. 

A continuación, un fragmento bastante simbólico de la obra: Konrad se alegró mucho de poder ver el libro de lectura y el libro de aritmética. Pero se quedó aterrado cuando vio los monigotes y florecillas que Kitti había pintado en los márgenes del libro de aritmética. Y en el libro de lectura, todas las O mayúsculas estaban pintadas de colores. - ¿Pueden hacer esto los niños? - preguntó. La señora Bartolotti no estaba segura. En su época, dijo, los niños no podían hacerlo (...) Lo mejor: las ocurrencias que tiene y la manera de narrar, tan cercana. Lo peor: el final. Quizá demasiado previsible y feliz, no me gustan los "happy ends".