sábado, 13 de marzo de 2010

ESCUADRA HACIA LA MUERTE de Alfonso Sastre


Hoy vamos a hablar de una de las primeras creaciones de Alfonso Sastre, Escuadra hacia la muerte, escrita en 1952. Se trata de una obra breve pero intensa, en la que el autor nos sitúa en una ficticia tercera guerra mundial. El lector es partícipe de las discrepancias entre cinco soldados y su Cabo Goban, mientras esperan el ataque del enemigo en la casa de un guardabosques.

La rigidez e inflexión del Cabo van creando un gran malestar entre los soldados, quienes finalmente deciden asesinarlo. Lo peculiar de la obra es que, una vez muerta la autoridad, los soldados no consiguen ponerse de acuerdo respecto a su actuación posterior, temen un consejo de guerra, por lo que unos proponen la huida, otros asumir lo hecho y apechugar con el castigo, etc. Como no logran un acuerdo cada uno tomará un camino, lo que señala un final desmembrado, a pesar de que todos ellos se dirigen a un mismo lugar: "hacia la muerte", de ahí el título de la obra. No piensen que les estoy estropeando la lectura al anticipar la trama... el propio Sastre en sus prólogos de 1953 y de 1962 adelanta el tema central. Lo interesante no es lo que ocurre sino el modo de comportamiento de cada uno de los soldados y las conversaciones que surgen a raíz del conflicto.

Tras tres exitosas representaciones en el año 52 la obra fue censurada, y sólo continuó siendo representada por grupos universitarios de manera clandestina. Después del franquismo volvió a ver la luz, y han sido diversas las opiniones respecto a su intención. Torrente Ballester, por ejemplo, afirmó que se trataba de una apología de la ordenanza, exigiendo mayor disciplina para no facilitar la insumisión y el caos. De la misma forma ha sido concebida por algunos militares, como afirma el propio Sastre en una entrevista realizada por Francisco Caudete: "esa obra debía tener alguna ambigüedad. La ambigüedad a mí me ha perseguido siempre (...) Un capitán del ejército, López Anglada (que era algo amigo de mi padre), que era muy militarista y además ha sido poeta, cuando supo que la obra estaba prohibida por el Estado Mayor, le dijo a mi padre: "No comprendo por qué le han prohibido esa obra a su hijo. Porque yo, desde el punto de vista militar, la pondría como obligatoria en los cuarteles". Yo quedé aterrorizado, asombradísimo. "Porque en esa obra -añadía- se ve claramente lo que pasa cuando cesa la disciplina".

Por otro lado, para Farris Anderson se trata de una crítica dual, tanto de una sociedad militarizada como de la ausencia de disciplina y del anarquismo.

Sea como fuere, lo que podemos afirmar es que la obra no nos deja indiferentes, y los doce cuadros de los que está compuesta poseen gran intensidad argumentativa y pesimismo; se percibe el existencialismo y las dudas constantes que impregnan la literatura de A.Sastre.