Juan Madrid, autor malagueño, nos vuelve a sorprender con una novelita de intriga y corrupción. Tomás es un adolescente que recibe una carta de su padre, Durán, un preso fugado de una prisión de Málaga. Toma su macuto y se embarca en un viaje al sur para reencontrarse con él y huir a Marruecos juntos. Sin embargo, la policía está en busca del prófugo, de forma que se van desarrollando historias paralelas a la del encuentro de Tomás y su padre. Se dibujan claramente casos de corrupción, asesinatos, relaciones complicadas entre el policía Sandoval y su hija Clara...
Es una lectura muy rápida y llena de acontecimientos. Apenas hay momento para respirar, ya que Juan Madrid consigue llenar cada uno de los capítulos de mucha actividad. Por otra parte, para los que vivimos en Málaga resulta muy interesante toparse en calles reales de la ciudad, como Carreterías, Larios, o el barrio de El Palo. Transcribo un extracto del libro de un momento de reflexión de Durán, el padre de Tomás, en el que se sintetiza perfectamente la situación en la que los personajes se desenvuelven: "Descubrí que los terrenos para edificar se conseguían con sobornos, que las infraestructuras eran ficticias y que se incumplían las normas urbanísticas a cambio de cambalaches, y que los materiales de construcción eran de ínfima calidad que parecía milagrosos que las casas se sostuvieran de pie. Y si aceptabas eso y, encima, te aprovechabas y no lo denunciabas era como si te bañaras en mierda y fingieras estar limpio. Pero claro, me callé y empecé a ganar dinero".
Lo mejor: el realismo con que describe la corrupción, las conversaciones en comisaría. Lo peor: desde mi punto de vista ha acelerado demasiado la acción. Al leer necesitas más calma para asimilar todo lo que ha pasado y poder dibujar a los personajes en tu mente.
